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la esquina verde

En mil pedazos...

En mil pedazos...

En una mano tenía el corazón, y en la otra la esperanza. Metí las manos en el bolsillo y,con lágrimas en el borde de mis ojos, susurré un "adelante". Sabía que todo podía ir bien, que solo era cuestión de tiempo. Que contradicción, a veces necesito que se congele y otras que salga corriendo. Decidí coger el abrigo y un cigarro, y palpando el bolsillo derecho para asegurarme que llevaba el mechero, bajé por el ascensor hasta la calle. Me subí las solapas del abrigo y escondí mi barbilla dentro del fular que se enroscaba con fuerza a mi cuello. Me encendí el cigarrillo, y aparecieron, aparecieron esas lágrimas impacientes que guardaba dentro intentando evitar que se deslizasen. No podían dejar de correr, y mojando mi rostro empezé a sentir una angustia que me oprimía y que me iba a romper en mil pedazos...

Corrí hacia el mismo ascensor, aceleré mis pasos en el pasillo,empujé la puerta casi sin poder girar el pomo, hinqué mis rodillas en las baldosas del cuarto de baño y me rompí. Lloraba y lloraba. Saqué la esperanza que tenía guardada en el bolsillo del pantalón y la arrojé tirando de la cadena, ya no la podía guardar por más tiempo. Las dudas empezaron a revolotear en mi cabeza haciendo borrosas las pocas ideas claras que tenía y empezé a preguntarme: ¿Todo va a ir bien? Por cuánto tiempo ésta vez...

1 comentario

Paula -

Deja que se deslicen por tus mejillas que dicen que es bueno llorar una vez al mes... sobre todo cuando hay frío ;p... Pero vuelve a guardarte en el bolsillo la esperanza, que a esa no hay que darle mucha rienda suelta. Muaaaaak!